Dios y el Error de Producción


Un hermoso burrito de grandes orejas.
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Dios y el Error de Producción


No hacía falta que dios se dedicara a tallarnos  dos orejas 
con tanto esmero,
una a cada lado!
 
En los orígenes de nuestra civilización, puede que algún sentido tuvieran,
sobre todo porque vivíamos en la naturaleza!
Dos orejas como las de un cervatillo, seguro nos salvaba la vida!
     
En la sociedad actual, prácticamente dios malgasta tiempo!
Basta solo con que se esmere esculpiéndonos una gran boca!
 
Actualmente, nuestras orejas son como el apéndice:
unas estructuras laterales cartilaginosas que no se sabe muy bien para qué sirven,
pero ahí están, acumulando aquello que nos ensordece aún más,
y usándose tal vez para lucir el pendiente forjado por un asalariado explotado
con cuyo trabajo se enriquece otro, también sin orejas
pero además sin corazón!