Mis manos en invierno

 Mis manos en invierno


En invierno se me congelan tanto las manos,
que constantemente  busco acercarme más a mi marido para llenarme de su calor.
Lamentablemente cuando lo toco, la temperatura de su cuerpo desciende un par de grados,
y por eso siempre me dice:

-El día que llegue la muerte a buscarme y quiera sorprenderme  por detrás tocándome el hombro,
yo le diré, sin darme cuenta: "Quita Valerita,... quita la mano de ahí".

Gracioso esqueleto a la espalda de un hombre, poniendo su huesuda mano en el hombro de este.
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